Para empezar, nada más llegar a Barcelona, soltamos los tiestos en la pensión y nos tiramos a la calle, como era de esperar. Todo un acierto lo de la pensión, por cierto: habitación y baño decentes, modernos y limpios, tranquila, y con unos recepcionistas "apañaísimos". A dos paradas de metro de cualquier sitio al que vayas y un precio de risa. Pensión Ninot. Sin duda, repetiría.
Como os decía. Nos tiramos a la calle y pensamos: sábado al mediodía, paseito por la Rambla hacia el Mercado de la Boquería y cervecita, es lo que procede. Efectivamente. Nos encajamos en el sitio, y al llegar al mercado... ¡¡no me lo puedo creer!! una chica de Fuentes. ¿Y dicen que Barcelona es grande? pues será para otros, porque los de Fuentes nos encontramos rápido, jajaja, Estas cosas nada más me pasan a mí.
Impresionante el mercado de la Boqueria, como impresionantes el resto de mercados que nos fuimos encontrando por el camino. Es el paraiso para cualquier "mari" como yo. Calles y calles repletas de puestos, perfectamente colocados, llenos hasta los topes de apetitosas viandas. Casi me da un infarto al disfrutar de aquella estampa.
Al salir del mercado, nos fuimos para el Barrio Gótico, y ahí cambió por completo el viaje. Este barrio, además de ser un espectáculo visual, acoge en sus calles millones de microtiendas chulísimas, originales, diferentes, modernas, cuquis, ñoñas, minimalistas, recargadas, heavies, hippies, artesanales, de importación, sencillas, enormes...Hay de todo y en todas quieres, NO, necesitas entrar. Tardamos 2 tiendas en decidir que ibamos a mandar un paquete para atrás, ya que nuestros amigos los rayaneres no colaboran mucho en aquello del traslado de equipajes y del sobrepeso y la facturación.
Casi me vuelvo loca por esas calles, comprando ropa, lámparas, y anotando referencias de tiendas de tela. Porque esa es otra, pronto descubrí que Barcelona es el paraiso de las compradoras compulsivas de telas. ¡Vaya variedad, y vaya precios! Tiendas del tamaño de un campo de fútbol llenas de mesas y estanterias como rollos y rollos de telas a cual más chula.
Como os podreis imaginar, el resto del viaje, se desarrolló combinando visitas de guiri total, con visitas a tiendas de telas, patchwork, manualidades y demases. Y ese santo varón que tengo por novio, aguantando estoicamente elecciones interminables, caminatas, traslados en metro, además de cargar con gran parte de la compra. Si es que no me lo merezco.
Eso sí, no espereis encontrar millones de sitios donde ir a terminar el día de compras con una cerveza en la mano y una copita después, no. Barcelona "echa el candao" cuando cierran las tiendas y a las 10 de la noche esta todo como en Sevilla a las 2 de la mañana. Sólo si buscas un poco te encuentras una tasca de tiraos como nosotros o de estudiantes, en los que te puedes tomar la última. ¡¡Ah!! lo mejor de todo es que en esos bares, ademas de tomarte una cerveza o una copa, siempre tienen algo tipo bocata para picar. Está genial.
Y llegó el último día. Y sobre la estantería de la habitación ya no cabía una bolsa más. Se acumulaban por los suelos. Pedimos una caja en el super de abajo y al quitar las bolsas y ver todas las chulerias que había comprado y ponerlas todas una encima de otra dentro de la caja, parecía un niño el día de reyes, cuando junta todos sus juguetes y los mira con sus pequeños ojitos. Nos fuimos caja al hombro para Correos (no veas lo que te clavan los de mensajería por una caja de 12 kg) y cuando ya lo teníamos todo preparado y pagado, le pregunto a la chica cuanto tiempo tadaría...¡¡¡NO PODRÁ SER!!! No me llega la caja hasta el miércoles que viene...
No puedo vivir sin mis telas preciosas hasta el miércoles. Desolada me hayo. Triste y ojerosa.
No veas cuando lleguen, la que voy a liar. Ya os las enseñaré detalladamente, para que os enamoreis igual que me enamoré yo.
Hasta entonces.
Y llegó el último día. Y sobre la estantería de la habitación ya no cabía una bolsa más. Se acumulaban por los suelos. Pedimos una caja en el super de abajo y al quitar las bolsas y ver todas las chulerias que había comprado y ponerlas todas una encima de otra dentro de la caja, parecía un niño el día de reyes, cuando junta todos sus juguetes y los mira con sus pequeños ojitos. Nos fuimos caja al hombro para Correos (no veas lo que te clavan los de mensajería por una caja de 12 kg) y cuando ya lo teníamos todo preparado y pagado, le pregunto a la chica cuanto tiempo tadaría...¡¡¡NO PODRÁ SER!!! No me llega la caja hasta el miércoles que viene...
No puedo vivir sin mis telas preciosas hasta el miércoles. Desolada me hayo. Triste y ojerosa.
No veas cuando lleguen, la que voy a liar. Ya os las enseñaré detalladamente, para que os enamoreis igual que me enamoré yo.
Hasta entonces.
Ansiosa ya por verlas nena.............
ResponderEliminarYa queda menos. Estoy terminando los encargos anteriores para lanzarme de lleno con las nuevas telas y diseños. Deseando estoy!!!!
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