Llega
un momento en la vida de toda persona en que alguien le pregunta:
¿Para cuando...? Véase el caso: “¿para cuando te vas a
independizar?” “¿para cuando os vais a casar?”, “¿para
cuando vas a tener un bebé?” Y, como no, ¿qué mujer no ha
escuchado en algún momento la frase fatídica: “se te va a pasar
el arroz”?.
Parece
que desde que nacemos existe un guion preestablecido, unas pautas de
vida que todo el mundo debe seguir. Cada día hay más gente no se
casa, que tiene hijos sin estar casados, incluso hay parejas que
deciden no tener hijos, deciden no tener una vida estable y ordenada,
y aun así parecen felices.
Se
acepta, se va aceptando el hecho de querer ser diferentes, de poder
elegir nuestro propio guion. Pero se sigue viendo raro. Se acepta,
pero no se entiende.
En
definitiva, hay cada día más personas que nos sentimos ovejas
negras. Sentimos que nuestros seres queridos van a aceptar nuestro
guion de vida, pero que en el fondo, preferirían que en realidad
fueran de otra forma, de la forma tradicional, de la forma “normal”.
Pero
no podemos evitar ser ovejas negras. Ovejas negras en el buen
sentido, de las que prefieren elegir su destino, aunque éste sea
diferente al esperado, de las que tienen horarios diferentes a los
del resto de la humanidad, de las que piensan que un sofá y una
botella de vino son un plan fantástico para una tarde de domingo, de
las que pasan sin ganas por el bar de la esquina esperando no
encontrarse con los amigos, para no liarte, pero que en el fondo
están deseando encontrárselos, de las que hacen de un resto de
comida y dos cervezas una fiesta con los amigos, de las que piensan
que una pareja y un perro también pueden ser uno de los nuevos
modelos de familia. Esa es mi oveja negra.
¿Cuántas veces me habré sentido así, y cuántas faltan por llegar? Lo bueno es que no estamos solos. Hace poco escuché una canción de un grupo relativamente nuevo y que os recomiendo muy mucho: Las Migas. Son un grupo de cuatro chicas que tocan "pa reventar" y tienen una canción que refleja todo esto con un arte y un sentido del humor que te dejan la sonrisa en la cara toda la tarde. Se llama "Me mueve el aire". No os la perdáis. Me encanta. Es mi canción de bandera desde que la escuché.
Resumiendo: si
en algún momento de tu vida te has sentido que no cumplías con la
norma, y te has sentido más cercano a mi definición de oveja negra,
entonces es que tienes algo de oveja negra. Alégrate, no todo el
mundo puede sentirse orgulloso de ser una oveja negra.
¿Qué pensáis que paso por mi cabeza cuando encontré una tela con ovejas negras? Me dije: "esta es la mía". Pues claro, no tuve más remedio que crear una línea de bolsos.
"El encanto de ser una oveja negra"
Pero claro, hay mucha gente que nos rodea que son ovejas blancas, y no por eso dejan de ser fantasticas y superdivertidas. A ellos va dedicada mi línea:
"Las ovejas blancas también pueden ser divertidas"
Ya os iré enseñando todas las versiones.
¡Hasta mañana!
No os perdáis mañana: "Cómo ser una "mari" moderna y no morir en el intento".
Besos.
Me ha encantando nenaa, yo tamb ien soy ovejita negraaa,jejeje.
ResponderEliminar¡¡Vivan las ovejas negras!!. Gracias guapa. Mañana más.
ResponderEliminarBien ovejita!!! Mucha suerte con tu pagina y tus creaciones!! de una oveja negra, teñida!! La edad no perdona......
ResponderEliminarLas ovejas negras es lo que tenemos, que nos reconocemos entre nosotras, aunque intentemos disimularlo... un besazo
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