sábado, 30 de junio de 2012

Aventuras en la mercería de mi barrio


Ayer viví una de las experiencias más "maris" de mi vida, que ya es decir. Pero de “mari”, “mari”, no de “mari” moderna, ni nada que se le parezca. Os la contaré.

Hace varios días estuve en la mercería de mi barrio en Sevilla. Mercería pequeñita con doscientos millones de cajas de colores perfectamente encajadas como un tetris en estanterías colocadas en toda las paredes. Lo que viene siendo un establecimiento forrado literalmente de cajitas, que no deja un pequeño espacio libre para relajar la vista.
Esta mercería está regentada por la típica señora de un poquito más que mediana edad y su segunda generación, ambas dos de las que te dan solución para cualquier cosa que tu les plantees, por muy extraña e incoherente que parezca.

Pues estando yo en este lugar, comprando los útiles necesarios para la confección de mis bolsos, vi que había una señora sentada en una sillita y tapada por un biombo. Me paré un poquito a escuchar (sin ser yo persona de meterme en la vida de nadie) y me percaté de que, lo que estaba haciendo allí era aprender a hacer punto.

Como no, a mi que se me antoja todo, me acordé de que necesitaba una rebeca para estas noches frescas de verano. Le pregunte a la dependienta si tenía madejas de algodón gruesas para coser con agujas muy gordas y acabar muy pronto. La tendera se echo a reír, como era de esperar. Y es que a una le gusta hacer de todo, pero acabar pronto. ¡¡No hay cosa que me de mas coraje que empezar algo y terminarlo 3 meses más tarde!!.

Ella, que ya me conoce un poco, antes de enseñarme ninguna madeja, cogió una prenda, de las que a veces mandan los fabricantes como muestras, y la puso en el mostrador. Obviamente me enamoré, del tipo de hilo y del calado. Un calado rarísimo, que al parecer se hace en los países nórdicos, muy amantes de las manualidades, debido a sus largos y aburridos inviernos. Automáticamente, elegí color y me la llevé a casa.

Sin poder aguantarme, empecé a tejerla, en los tipos de puntos que yo conozco. Obviamente no me gustaba. A mi me gustaba el calado que había visto.

Y ni corta ni perezosa, me planté ayer mismo a que me enseñaran ese calado tan raro. Por supuesto, la señora me sentó cómodamente en una silla, me puso el ventilador y se sentó a mi lado, guiándome y corrigiéndome en los fallos. Experiencia muy agradable y simpática. Todas las clientas que iban entrando iban preguntando y comentando, saludando o simplemente, mirando y sonriendo.

Mi mensaje al contar esta historia es el siguiente: no te limites al hacer lo que te apetezca por vergüenza o por pereza. Si algo te llama la atención, busca, investiga, aprende, hazlo, no te quedes con las ganas. En una de esas aventuras puedes encontrar tu gran hobby, tu gran habilidad o incluso tu profesión. ¿Quién sabe? No te pongas límites ni fronteras, seguro que hay situaciones y personas que se encargarán de ponértelos.

P.D.: Ya estoy deseando enseñaros la rebeca. ¡¡Monísima!!

viernes, 29 de junio de 2012

Quién elige a quién



Ayer estuve con un grupo de amigas de dia de piscina, y una de ellas se casa en junio del año próximo. Todas nos alegramos mucho, por la vida en común que van a iniciar, y sinceramente, porque tenemos un año de margen para preparar modelito, que es un margen bastante razonable. Como era de esperar, salió el tema del traje de novia. Y como no, el típico tópico de "Tu no encuentras traje de novia, el traje te encuentra a ti".
...
Silencio.
...
¿Lo digo o no lo digo?
...
Mejor cállate.
Menos mal que me callé, porque todas siguieron hablando y corroborando que eso era una gran verdad. 
...
Para una persona como yo, que no sabe seguro si algún día se casará (principalmente porque si algo está bien, o muy bien, tal como está, tampoco hay necesidad de cambiarlo) y si algún día me caso, casi casi seguro que no va a ser una boda al uso, hablar de trajes de novia que eligen a las novias, la verdad, me resulta una tanto pasteloso, incluso empalagoso. 

Pero claro, esa es mi forma de pensar. Y realmente, si no me hace excesiva ilusión casarme, lo más normal es que lo trajes de novia no tengan en mi un efecto tan atractivo como para una novia normal. 

Me paré a pensar, y lo vi claro. Lo entendí. A ellas les pasa al pasar por delante de la tienda de novias, lo que a mi me pasa cuando paso por delante de una tienda de telas, o de retales, o de tapicerias o algo similar. Me las llevaría todas, me encanta, pasar, entrar, mirar, tocar, imaginarmelas en un bolso, un vestido, una flada, un pañuelo. 

Pero claro, miras, entras, tocas, pero llegas ente esa tela que te mira, como si le salieran unos ojitos y una boquita que te dicen :"Soy yo, no busques más, llévame". La has encontrado. Te la tienes que llevar. Ahora entiendo a las novias. Y ojo, no seré yo quien diga "de este agua no beberé", que igual cuando decidamos casarnos, me pasa lo mismo que a todas esas novias elegidas por un vestido.


Mientras tanto, yo os cuento mis experiencias con las telas. Algo similar me pasó al descubrir mi tela de bandera. "Las meninas". Fue verla y tenerlo claro. Ésta es mi tela. 


Desde entonces, la utilizo en casi todas las cosas que creo, tanto en negra como en blanca.
 

 Aquí la podeis ver en bolsos, en mochilas, y mi producto estrella, conocido entre los amantes de la pintura: las fundas para pinceles.
 
  
Y su adaptación al uso de las "maris" modernas: la cómoda funda para maquillaje, para tenerlo todo ordenado y a mano.

 Lo que yo os diga, cuando algo te atrapa, sea un vestido de novia, una tela, una amistad, un amor, ... no puedes hacer nada por evitarlo. Te han pillao.

Mañana más...

jueves, 28 de junio de 2012

La resaca del España-Portugal


Curiosa situación se vivió ayer en casa. Para los que aun no lo saben, Tusein viene de Dos Santos, mi apellido paterno, por lo que, como habréis podido deducir, mi padre es portugués. Pero no portugués igual que alguna gente de mi edad, que son holandeses o alemanes, producto de la emigración de sus padres en épocas similares a las actuales, pero unos años antes (esta gente dicen que son holandeses y luego abren la boca y dicen quillo y picha y esas cosas). No, mi padre es portugués, portugués. De los que después de 50 años (sin exagerar) en España, sigue teniendo un acento inconfundible.

Pues bien, ayer jugó España contra Portugal en la Eurocopa (por si alguien no se ha enterado), y claro, desde por la mañana, ya empezamos con el cachondeito:
  • Pedro, al que ni le gusta el fútbol, empezó desde por la mañana: “dile a tu padre ahora cuando lo veas que los vamos a machacar, y que Cristiano Ronaldo es un...” me voy a quedar para mi los comentarios.
  • A cada persona que se encontraba mi padre por la calle, y que sabía de su procedencia, empezaba a decirle, que si va a estar la cosa difícil, que si veremos a ver, que si os vamos a ganar, en fin conversaciones todas ellas muy profundas, impregnada con un patriotismo que sólo aflora los años pares y ligado casi siempre a competiciones deportivas.

A Pedro, para dar un poquito de guasa a la cosa, se le ocurre decirme: “¿y si hacemos una cena hispano-lusa?

A mi, que no me hace falta que me toquen las palmas, me voy para la pescadería y echo un vistazo. Y se me ocurrió la gran idea: Vamos a echar a competir al bacalao portugués con el cazón en adobo español.

Total que llega la hora del partido, y un minuto antes de empezar, me acuerdo de que me faltaba un dato muy importante. Llamo por teléfono a casa de mis padres y pregunto:
Papá, ¿tú en realidad quien quieres que gane?”, y mi padre, que es un sentimental, me contesta: “Yo quiero que ganen los que me han dado tantas alegrías en estos años: España”.

Conclusión: Uno no es de donde nace, de donde se cría, de donde vive su familia, de donde pone en el carné,... uno es de donde realmente se siente a gusto. Y si es una criatura como yo, que donde va, disfruta de la vida, de la compañía y se siente como en casa, uno es ciudadano del mundo. Que se borren las fronteras, que sólo han traído peleas y desgracias a lo largo de la historia. Ese es mi deseo.

La noche terminó como era de esperar:
  • De la pelea entre el cazón y el bacalao, división de opiniones.
  • Del partido, gano España, aunque bien podría haber ganado Portugal.
  • Mi padre contento de todas formas.
  • Y yo, entre el calor que hacía, y lo largo que fue el partido, los botellines se me hicieron cortos. Me acosté medio mareada, que unido al calor de la noche, que no me ha dejado descansar, me he levantado arrastrando el cuerpo y los párpados con él.

P.D: ¡¡Qué ganas tengo de que se vaya la ola de frío sevillano!! (que es como el frío siberiano pero con 40ºC).

Un beso a todos. Mañana más.

miércoles, 27 de junio de 2012

Cómo ser una "mari" moderna, y no morir en el intento.

Buenas tardes a todos. Como lo prometido es deuda, aquí vengo a contaros qué es para mi una "mari" moderna. 
Para empezar os diré que la primera persona que me definió de tal forma fue mi queridísimo compañero de vida, Pedro. Y como yo me hacía una idea de lo que quería decir con esto, pero no estaba totalmente segura (cualquier cosa te puedes esperar de una mente inquieta), le pedí que me lo definiera. A fin de cuentas, venía a ser lo mismo que yo pensaba, definición que se puede resumir con una simple expresión:
"Una "mari" moderna es aquella que lo mismo te hace un gazpacho, que te hace un gin tonic... y se lo bebe ella".
En pocas palabras, es aquella persona (por indicar "mari" no sólo se dirige a las mujeres, también un hombre puede ser una "mari" moderna) que es "apaña" para hacer las cosas como se hacían antes, de toda la vida, es decir, un puchero con todo su arte, un pollo en salsa para chuparse los dedos, unas buenas croquetas de puchero de las de toda la vida, pero que a su vez, no es una persona tradicional, que se dedica a su pareja y a sus niños, a la casa y poco más. 
Una "mari" moderna se levanta con su pareja para desayunar juntos y prepararle el canasto.
[Inciso: me encanta la palabra canasto. ¿Te imaginas al marido de turno, por ejemplo, obrero de la construcción, llevando el almuerzo en una cestita de mimbre como si fuera Heidi? Jajaja Te partes de la risa. Pero se le sigue llamando canasto.]
Lo dicho, te levantas temprano para preparar el canasto, te pones los leggins y las zapatillas de deporte, coges a tu perra y te andas unos pocos de kilometros, para compensar las cervezas que te tomaste ayer y el gin tonic del sabado pasado, a la vuelta te pasas por la fruteria, la pescadería, la panadería y la mercería. Llegas a casa cargada como una mula, te duchas y pones el almuerzo. Mientras tanto vas twiteando todo lo que te va pasando, cuelgas en el facebook las fotos de los bolsos que terminaste ayer, escribes en el blog, contestas al teléfono, que te llaman del registro de una administración pública cualquiera para indicarte que toda la documentación que llevas entregando para formar una asociación desde hace más de 6 meses está mal, que hay que empezar de nuevo, wasapeas con tu novio y le dices que le quieres y le echas de menos (mentira, no has tenido tiempo ni de respirar, cuanto más suspirar), retiras el almuerzo que casi se te ha quemado. Comes y mientras comes sigues con todo el mundo de las redes sociales, que te están contestando a todo lo que has escrito, colgado, twiteado y wasapeado antes. Te duermes no, te desmayas en el sofá porque es que ya no puedes más, y cuando te despiertas te pones a la máquina de coser (comparable a cualquier actividad realizadora de criaturas: pintar, leer, hacer bricolage, tejer, hacer manualidades en general) y terminas de hacer todo lo que te queda (incluido el almuerzo de mañana) antes de que llegue tu pareja. 
Y ahora viene la diferencia: una "mari" normal hace todo lo que tiene que hacer antes de que venga su pareja del trabajo porque es así como debe ser. Una "mari" moderna lo hace porque cuando llega su pareja está lista y preparada (moniiiiisima) para empezar las actividades comunes: tomarte una cerveza, ir de compras, achucharte en el sofá, pasear con la perra, etc.
Pero es que además, una "mari" moderna lo mismo se va de fiesta, o de camping, o de festival de música, que te coge unos bajos, te hace unas cortinas, una rebeca de lana, que te pinta la casa o te hace jabón con aceite reciclado.
Todo esto, contando con que sea un día de descanso. Porque claro, las "maris" modernas trabajan. Pero además de trabajar y llevar la casa al estilo tradicional, las "maris" modernas viven. Y viven normalmente muy intensamente. Muy fuerte, como ya os dije en una ocasión. Y para una "mari" moderna si hay domingos (normalmente porque no te puedes mover del sofá porque tienes una resaca del quince), no como para las "maris" tradicionales. 
Es más cansado, pero es muy reconfortante. 
Conozco yo a más de una "mari" moderna, que me sirven de guia y de ejemplo cuando pienso en la comida precocinada. Y que además tengo la suerte de tenerlas como amigas. 
¿os apuntais? ¿quién de vosotr@s es una "mari" moderna?

martes, 26 de junio de 2012

EL ENCANTO DE SER UNA OVEJA NEGRA



Llega un momento en la vida de toda persona en que alguien le pregunta: ¿Para cuando...? Véase el caso: “¿para cuando te vas a independizar?” “¿para cuando os vais a casar?”, “¿para cuando vas a tener un bebé?” Y, como no, ¿qué mujer no ha escuchado en algún momento la frase fatídica: “se te va a pasar el arroz”?.

Parece que desde que nacemos existe un guion preestablecido, unas pautas de vida que todo el mundo debe seguir. Cada día hay más gente no se casa, que tiene hijos sin estar casados, incluso hay parejas que deciden no tener hijos, deciden no tener una vida estable y ordenada, y aun así parecen felices.

Se acepta, se va aceptando el hecho de querer ser diferentes, de poder elegir nuestro propio guion. Pero se sigue viendo raro. Se acepta, pero no se entiende.

En definitiva, hay cada día más personas que nos sentimos ovejas negras. Sentimos que nuestros seres queridos van a aceptar nuestro guion de vida, pero que en el fondo, preferirían que en realidad fueran de otra forma, de la forma tradicional, de la forma “normal”.

Pero no podemos evitar ser ovejas negras. Ovejas negras en el buen sentido, de las que prefieren elegir su destino, aunque éste sea diferente al esperado, de las que tienen horarios diferentes a los del resto de la humanidad, de las que piensan que un sofá y una botella de vino son un plan fantástico para una tarde de domingo, de las que pasan sin ganas por el bar de la esquina esperando no encontrarse con los amigos, para no liarte, pero que en el fondo están deseando encontrárselos, de las que hacen de un resto de comida y dos cervezas una fiesta con los amigos, de las que piensan que una pareja y un perro también pueden ser uno de los nuevos modelos de familia. Esa es mi oveja negra. 

 ¿Cuántas veces me habré sentido así, y cuántas faltan por llegar? Lo bueno es que no estamos solos. Hace poco escuché una canción de un grupo relativamente nuevo y que os recomiendo muy mucho: Las Migas. Son un grupo de cuatro chicas que tocan "pa reventar" y tienen una canción que refleja todo esto con un arte y un sentido del humor que te dejan la sonrisa en la cara toda la tarde. Se llama "Me mueve el aire". No os la perdáis. Me encanta. Es mi canción de bandera desde que la escuché.

Resumiendo: si en algún momento de tu vida te has sentido que no cumplías con la norma, y te has sentido más cercano a mi definición de oveja negra, entonces es que tienes algo de oveja negra. Alégrate, no todo el mundo puede sentirse orgulloso de ser una oveja negra. 

¿Qué pensáis que paso por mi cabeza cuando encontré una tela con ovejas negras? Me dije: "esta es la mía". Pues claro, no tuve más remedio que crear una línea de bolsos. 

 "El encanto de ser una oveja negra"  




Pero claro, hay mucha gente que nos rodea que son ovejas blancas, y no por eso dejan de ser fantasticas y superdivertidas. A ellos va dedicada mi línea: 

"Las ovejas blancas también pueden ser divertidas"

Ya os iré enseñando todas las versiones.
¡Hasta mañana!

No os perdáis mañana: "Cómo ser una "mari" moderna y no morir en el intento".

Besos.

lunes, 25 de junio de 2012

¿Qué es Tusein Creaciones?


Para mi, Tusein Creaciones no es sólo una marca, un nombre que se le da a unos diseños. Para mi Tusein Creaciones es una forma de vida, una manera de ver el mundo, este mundo cambiante y hostil en el que vivimos hoy. Es el producto de una persona cuando a nacido de nuevo, cuando ha encontrado un lugar en el mundo y ha decidido hacer las cosas de otra forma y aportar su granito de arena.
Llegué a este lugar y a los dos días ya tenia nuevo nombre. Alguien con la habilidad y el arte de darle a las cosas un nombre nuevo, tuvo la idea de traducir mi apellido portugués (Dos Santos) al inglés, y yo decidí escribirlo tal como suena: Tusein. Y volví a nacer.
Y no decidí cambiar, sino que cambié. Y me sentía bien. Feliz en mi nuevo lugar en el mundo. Decidí transmitir mi felicidad al mundo. Decidí pasar de “la gente” a “las personas”, de lo artificial a lo natural, de lo industrial a lo manual, de lo macro a lo micro, de la nación al pueblo, al barrio, de sobrevivir, a vivir. Pero no sólo vivir. Vivir sintiendo, vivir sonriendo, vivir amando, amando a la familia, la de sangre y la otra, vivir haciendo, no mirando hacer, vivir equivocándote, dándote la posibilidad de equivocarte y aprender del error. En definitiva vivir “muy fuerte”. Y pienso seguir haciéndolo ya para siempre. ¿Os apuntáis?

domingo, 24 de junio de 2012

Tusein Creaciones. El nacimiento de un nuevo plan de vida.


Cuando llegué por primera vez a aquella casa, lo que más me llamo la atención fue su luz, y una antigua maquina de coser Alfa, pintada en negra, con pie de hierro. Estaba casi abandonada en la terraza, con la tapa de madera algo estropeada, la correa rota, y le faltaba alguna pieza para contener el hilo. Pregunté si esa pieza formaba parte del mobiliario que entraba dentro del precio del piso, y el vendedor me indicó que sí, además aseguró que funcionaba, ya que su madre, antigua propietaria del inmueble, la había estado usando hasta poco antes de su inesperada muerte. Me alegré (no de la muerte, de que la máquina se quedara conmigo).

Como en casi todas las cosas buenas que hacen los hijos, los padres tienen mucho que ver, y mi madre tuvo mucho que ver en mi interés por la costura. Ella siempre se había hecho y me había hecho bastante ropa, cortinas, ropa de mesa, ...lo que se llama una mujer apañá. Y yo siempre la había ayudado en la medida de lo posible. Siempre me había gustado la idea de poder crearme mi propia ropa y no depender de las tiendas para poder vestir. Me gustaba además hacer punto y punto de cruz. Todo lo necesario para ser una buena “Mari” de pueblo.

Entre los kilitos que siempre me han sobrado, mi poca paciencia para buscarme ropa, y que nunca hemos estado muy largos de bolsillo, la idea de buscar una tela bonita, y hacerme lo que yo quisiera, como yo quisiera, y adaptado a mi cuerpo, siempre ha sido una idea fascinante para mi (y algunas veces, casi la única opción). De ahí nació mi interés por la costura. Si a eso le unimos que nunca me he puesto límites cuando he querido hacer algo y que crear siempre me ha parecido algo muy divertido, de aquí nace Tusein Creaciones.

Para que un proyecto nazca hace falta la idea y los medios para llevarlo a cabo. La idea ya existía, y los medios me los encontré: esa antigua Alfa inspiradora. Era cuestión de tiempo, y algunos retales de tela, para que la semilla germinara. Y germinó. Todavía es un tallo joven, con muchas yemas que quieren estirarse contra el aire. Pero el tallo está, y es fuerte, y es bonito. ¿Queréis verlo crecer?